sábado

DEVORA

EYA CULÓ
Esa noche, como todos los viernes, se puso su traje rojo de bombero.
La música estaba lista.
Subió al escenario, pero se sorprendió al verla sentada en la primera mesa.
Hizo como siempre su show, pero al bajarse el cierre y quitarse rápidamente el traje EYA CULÓ

PARQUE RIVADAVIA
Cada vez que voy al Parque Rivadavia, busco un banco con sombra en donde sentarme a leer. El problemaes que alguien siempre se acerca, buscando también la sombra. Esto genera en mí un tremendo fastidio. Si intenta dialogar comigo, simplemente me levanto del asiento y me voy. Pero cuando se quiere quedar allí, en silencio, sólo busco acomodarme a los pequeños fastidios que me ofrece. A saber, intento no criticar el color de sus medias, que por lo gneral no pegan con sus zapatos.Pretendo no mirar si se rasca la cabeza, bosteza o toma una gaseosa. Cualquier cosa que haga que me distraiga de la lectura, que pretende ser al aire libre y a la sombra.Evidentemente, me estoy equivocando. Tengo que buscar otros momentos para leer, donde la gente no me fastidie o fabricarme un cartelde esos que dicen: " Por favor, no molestar, estoy leyendo"

III
Me subí al taxi apurada, porque llegaba tarde al teatro. Tenía que ir de Sarmiento y Junín hasta el teatro Regio, de la Av. Córdoba. Iba pensando en que yo tenía las entradas y allí no te dejan entrar tarde bajo ningún punto de vist.El taxi paraba en cada semaforo y vi que tardaba en arrancar. Seguía pensando en la hora; pero a las 2 cuadras sucedió lo mismo.Ahí comencé a observar al conductor y me dí cuenta que se dormitaba cada vez que frenaba el taxi._ Disculpe señor, pero me bajo acá._ Qué lepasa señorita, no le gusta como manejo?_ No, mire lo que pasa es que tengo muchas ganas de ir al baño, no aguanto más_Ah, si es así....pero la puedo esprar mientras va a algún bar._ No mire, lo único que veo abierto por acá es una casa de servicios fúnebres, mejor le pago, no vaya a ser que en una de esas conocí al difunto y me demoro un poco.Me bajé, en realidad temí que todo lo antedicho pudiera hacerse realidad porque ya comenzaba a dlolerme la panza, por mentirosa, pero por suerte conseguí otro taxi que doblaba por la esquina.

IV
Siempre uso zapatos con medias, zapatillas con medias. Aun cuando voy a la playa, me pongo las alpargatas con medias. Es que no quiero mostrar los dedos de mis pies. Porque si bien tengo 5 en cada uno, tienen una particularidad: son casi todos de la misma longitud.
Esto hace que tenga algunas habilidades adicionales. Puedo tipear en la computadora con los pies, mientras hago otra cosa con las manos. No pasaré a detallar lo que hago con las manos, porque es de índole íntima. En realidad podría hacerlo, ya que no no soy muy inhibido a la hora de contar ciertos detalles; pero un halo de decoro me rodea en este momento.
Es la promesa de de haber considerado el enfocarme solamente en el uso de mis medias, porque sino comienzo a irme por las ramas; cosa que también puedo hacer con los dedos de los pies cuando estoy descalzo, obviamente.
Bueno, como les decía, he aquí el motivo por el que sólo me saco las medias para bañarme, cortarme las uñas, y alguna vez en verano cuando hace mucho calor, sino me tiento a hacerle cosquillas a mi compañera de cama que se enfurece y se va a dormir al sillón del living.
Pero un suceso se atravesó en mi quehacer cotidiano. Yo siempre me compro los zapatos hechos a medida, y cerró la fábrica. El problema no era conseguir zapatillas, ya que vienen en modelos variados y no me molestan. Pero los zapatos para dedos largos son otra cosa. Sólo podía usar zapatos para clowns, pero no me animaba a combinarlos con una nariz de payaso, mi personalidad no me lo permite. No podía ir a trabajar con nariz de payaso a la oficina. Trabajo para una empresa de seguros. Fue entonces que decidi tomarme dos meses de vacaciones para ver si encontraba una solucion al tema. Y decidi andar en ojotas por la casa, como para ir inspirandome en algún método de encongimiento de dedos. Y entonces recordé que en la antigua China, se vendaba los pies a las niñas pequeñas para que no les creciera el pie, y siempre caminaran por detrás del hombre dando pequeños pasos.
Pero...yo ya he terminado mi crecimiento. Los días pasaban y nada se me ocurría. Pensé en consultar a un traumatólogo, para ver si podía realizar algún tipo de cirugía; pero no me animé. Pasaron los días, pasaron las semanas, nuevesemanas sin medias. Fue ahi que descubrí que lo que estaba errao no era el largo de mis dedos sino el trabajo que habia elegido.
Renuncié. Ahora visto un traje especial con zapatos de clown, en la puerta del restaurante "Pantín" para recibir a la gente. El resto del tiempo, tipeo en la compu con los pies y con las manos,....otro día les cuento.

1 comentario:

  1. Excelente el trabajo en equipo, me encantaría saber más del grupo!!!!!!!!!!!
    Eleonora marín

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